Solera es un pequeño pueblo serrano situado en un promontorio que nace al pie del cerro del Morrón (1.090 m.) desde el que se domina la vega donde se unen los ríos Jandulilla y Gargantón en pleno corazón de Sierra Mágina, al sur de la provincia de Jaén.
La historia de Solera ha venido marcada por su situación de entrada al valle de Guadalquivir desde el Reino Nazarí de Granada.
Su carácter fronterizo obligó a la construcción de una pequeña fortaleza a finales del siglo XIII, un verdadero nido de águilas, encargada de la defensa de la vega del Jandulilla, junto con las cercanas fortalezas de Bélmez y Huelma.
El castillo de Solera es una reducida fortaleza de mampostería, construida en un promontorio escarpado, con una caída de más de 300 metros en su lado norte, a la que se accede por una angosta y empinada escalera, situada en su lado oeste. Tras subir los fatigados y altos escalones llegamos a una pequeña explanada, que constituye el nivel más bajo del castillo.
Parte de esta primera explanada está ocupada por una maciza construcción que sostiene, un segundo nivel, más elevado. Se accede a él por un túnel abovedado. En este segundo nivel se encuentra un aljibe para la aguada de los defensores.
Desde él podemos contemplar el valle del Jandulilla, Bélmez de la Moraleda, las torres del Sol y del Lucero, el barranco del río Gargantón y Gualijar, los cortijos de Capellanías Polera y los picos de Miramundos y de Sierra Mágina; éste último el más elevado de la provincia de Jaén.
Valores paisajísticos que bien merecen una visita a castillo y a Solera, una villa de calles estrechas y empinadas donde aún es posible oír el rumor de los propios pasos.
Desde Solera un saludo.
Continuará.
No hay comentarios:
Publicar un comentario