En estas sierras abundan en sus paredes calcáreas
cavidades y abrigos naturales,
unas veces usadas como viviendas de fortuna,
otras como refugios de ganados
Entre todas ellas destacan dos:
Los Majuelos,
cuyo interor acoge hoy, un magnífico, restaurante
y
la Cueva de Aro, la más bella.
La gruta fue descubierta en 1972,
al mover unas piedras que tapaban la cavidad principal, para evitar que el ganado penetrase.
Esta cueva fue ocupada por los seres humanos a fines de la Edad del Cobre, principios del II milenio a.n.e.
Es posible que fuese utilizada como lugar de habitat y trabajo, para
posteriormente convertirse en un espacio funerario colectivo.
Sus salas son una sinfonía formada por impresionantes estalactitas, estalagmitas y
fastuosas columnas labradas por el agua al correr de los siglos.
Dejamos la sierra,
y nos dirigimos a nuestro próximo destino:
El barrio de La Magdalena
de Jaén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario