En Sierra Mágina,
PEGALAJAR,
rodeada de montes y huertas.
Sus joyas más preciadas,
la Charca y la Fuente de la Reja,
radiantes en los años de lluvia,
tristes y sedientas
durante la terca sequera.
A su arrullo, se ha ido construyendo
su rica huerta, piedra a piedra,
esfuerzo a esfuerzo,
esfuerzo a esfuerzo,
levantando muros de piedra seca,
puntal de bancales
donde florecen frutales y olivares.
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