martes, 25 de marzo de 2014

BÉLMEZ , CABRA DEL SANTO CRISTO, SOLERA Y HUELMA.


Nuevamente recorriendo los caminos de Sierra Mágina que hoy nos llevan a Bélmez y a su manantial de la 


Moraleda, remanso de frescor en esta dura tierra,




en la que mujeres y hombres se afanan por regarla con su trabajo y sudor para hacerla cada día un poco mejor.


Tras atravesar el río el paisaje cambia,



los olivares dejan paso a suelos empobrecidos por la erosión, que sólo son capaces de dar sustento a espartos y retamas.


Sobre una suave meseta en la que destaca la belleza de su Iglesia Parroquial entre el verde olivar y el blancor de su caserío.


Antes de llegar a la plaza nos detenemos frente a la fachada de la casa de Bernardo Olmedo, una obra maestra del modernismo andaluz.



En la plaza, la Casa Grande, destinada a alojar a los peregrinos que se acercan a rezar ante el Santo Cristo de Burgos.


El templo fue construido por los maestros Juan de Aranda Salazar y Eufrasio de Rojas, 


en su interior el retablo que tallará Francisco de Briones en 1754 para alojar la imagen del Cristo,



milagrosa imagen, que llegó a Cabra en el año 1637, para quedarse ya para siempre en su ciudad.



Nos despedimos de Cabra, camino de nuevos lugares y sensaciones



mientras los campos visten sus mejores galas, en estos primeros días de una recién hallada primavera.



Allí en lo más alto del monte, refugio de vientos y tempestades, resalta el sol de: 


Solera siempre a la sombra de su fortaleza.



Empinadas calles nos llevan al corazón 
 de su castillo enriscado,


que desde su alto otero pareciera  que al azul cielo  



nos condujera.



Desde aquí a un corto vuelo de pájaro su hermana 



Huelma.


Huelma la villa del Marqués de Santillana:

"Preguntele dó benía
después que la ove saluado,
o quál camino fazía."

La Iglesia de la Inmaculada Concepción de Huelma, se inició en 1537 y en ella intervinieron: Diego de Siloé, Andrés de Vandelvira y Francisco del Castillo el Mozo. Maestros que nos han legado uno de los mejores ejemplos del Renacimiento del Sur.



Detalle de la nave de la epístola con sus arcos de medio punto y bóvedas baídas. 


Bóveda central del tercer tramo, obra del Francisco del Castilo el Mozo.


Nave del Evangelio.


Boveda central del segundo tramo, construida por Francisco del Castillo el Mozo.


Detalle de las bóvedas de crucería del primer tramo y altar mayor.


Fachada Sur del Templo.


Nos dirigimos ahora a nuestra última etapa, al castillo de Huelma.



Fortaleza que se podría datar a fines del siglo XV o principios del Siglo XVI, 



no obstante los últimos trabajos arqueológicos han demostrado que en la ladera de esta colina, se alzaba la antigua ciudad de Huelma, rodeada por un poderoso cinturón de murallas, 


defendidas por una importante guarnición, que se mantuvo en el lugar hasta el final de la Guerra de Granada.


Con el fin de la Reconquista, Huelma crecería cerro abajo, para crear nuevos barrios alrededor de la Plaza Nueva y de la  Iglesia Parroquial.


Termina aquí nuestra jornada por Sierra Mágina, dando otro año  más las gracias al Excmo Ayuntamiento de Huelma y muy especialmente a Rafael López Galiana, por su saber y grata compañía por las calles y monumentos de Solera y Huelma. ¡Muchas Gracias! ¡Hasta Pronto!

Carolina.