jueves, 24 de abril de 2014

LOS BARRIOS DE JAÉN. SAN JUAN, LOS CAÑOS, LA JUDERÍA.




Las murallas de Jaén contaban con 10 puertas principales, una de ellas es la que nos da paso hoy a la ciudad histórica, la Puerta de Baeza, situada en la actual Plaza de los Huérfamos,


muy cercana a ella se encontraba la Judería de la ciudad, que llegó a contar con más de mil quinientos habitantes.



Subiendo por la Calle San Andrés nos encontramos a este artesano trabajando en su taller, el noble arte de la madera,


en este barrio de humildes calles, se ha querido recrear el ambiente de otros siglos, adornando los edificios con Estrellas de David y se ha colocado en algunas puertas


"Mezuzá" que contienen pergaminos con versículos de la Torá.


La historia del barrio se centra en la Santa Capilla de San Andrés,


fundada por don Gutierre González Dóncel en 1515, que fuera tesorero del Pontífice León X. En su enterramiento hay tierra de las catacumbas romanas, de ahí su carácter de Santa.


En esta calle del Rostro se encuentra la Sede de la Universidad Popular de Jaén  "Sabetay",


en honor de Sabetay D´Jaén poeta y dramaturgo en lengua judeo-española, su familia ha llevado el nombre de Jaén durante más de 500 años.



Volvemos por el Callejón del Gato hacia la calle San Andrés


para contemplar la espadaña de la Santa Capilla , iglesia construida probablemente sobre una antigua sinagoga.


El templo pertenece a la Santa Capilla y Noble Cofradía de la Limpia Concepción de Nuestra Señora, 


su interior de planta basilical de tres naves, que se adorna con 


la Reja del maestro Bartolmé Ruiz que cierra la Santa Capilla.


Un poco más arriba se ha recuperado esta interesante portada palaciega.



Nos dirigimos ahora hacia los Caños, 


desde allí de nuevo aparece la silueta de San Andrés



 En la plaza el antiguo edifico de las Carnicerías, bajo ellas los Baños Árabes del Naranjo, 


y el Pilar probable obra del arquitecto de Jaén Francisco del Castillo el Mozo, en el último tercio del siglo XVI.


La Fuente consta de un pilar abrevadero y un muro fuente, enmarcado por dos dioses Téminos, que sostienen en la cabeza capiteles en forna de canastillos. En la parte inferior, tres hornacinas con niños que vierten ánforas de cuyas bocas sale el agua.



Un poco más abajo, la calle San Bartolomé y 


la calle Santa Clara con el convento de su nombre.


El monasterio fue fundado por el propio Fernando III tras la reconquista de la ciudad.



su iglesia de una sola nave está cubierta por una interesante artesonado mudéjar.


Bajando por la calle Santa Clara, llegaríamos nuevamente a la Plaza de los Huérfanos, inicio de nuestro recorrido, pero nosotros nos dirigimos a la calle Martínez Molina y


la Plaza de San Juan.


El templo se edificó en el siglo XIV, en uno de los barrios más populares de la ciudad.



La plaza es un remanso de verdor y quietud que nos permite admirar 



la serena  belleza del templo.



Desde la plaza parte calles escalonadas hasta lo más alto del 


cerro y abajo el 


blancor de los muros de la iglesia en esta tarde de abril.



Junto a la portada del  templo este monumento al poeta Almedros Águilar.

Muere Jesús del Gólgota en  la cumbre,
con amor perdonando al que le hería,
siente deshecho el corazón María
del dolor en la inmensa pesadumbre.

(Soneto a la Cruz, Almedros Aguilar. 1825-1904)


Los Baños Árabes datan del siglo S.XI y se encuentran en los sótanos de este palacio Renacentista. 


Sala Fría.


Sala templada, detalle de las bóvedas, 


arquerías de la Sala Templada y antigua pila para curtir las pieles.


Sala Caliente.


Termina nuestra visita hoy a Jaén, en la Plaza del Pato.
Muchas gracias a todas las personas que están compartiendo estos momentos con nosotros

¡MERECE LA PENA DESCUBRIR JAÉN¡

Carolina.


miércoles, 16 de abril de 2014

LOS BARRIOS DE JAÉN. LA MAGDALENA.


El barrio de la Magdalena es el más antiguo y popular de la ciudad de Jaén, su nacimiento se sitúa en torno a la fuente que dio origen a Jaén.


Barrio de calles estrechas que serpean siguiendo la curva de nivel y que guardan algunos de los más interesantes monumentos de la villa como el Convento de Santo Domingo,


rodeados sus fuertes muros por callejuelas empedradas.



Un poco más adelante en una pequeña placita, el monumento que recuerda la Leyenda del Lagarto, aquel temible monstruo que atemorizaba a las gentes de la vecindad, hasta que explotó debido a la astucia de un valiente , que lo engañó con un cordero lleno de pólvora.


Siguiendo la calle Santo Domingo adelante nos encontramos 


con la Iglesia, que da nombre al barrio,  la más antigua de Jaén, delante de la cual se abre una plaza cuadrada a modo de atrio del templo.



Plaza de ecos castellanos con sus soportales y grandes árboles que le dan sombra.



Bordeando la Iglesia, la calle Santa Úrsula nos lleva hasta el convento de su nombre, 



un monasterio del siglo XVI, perteneciente a las Madres Agustinas.


Pero la Magdalena no es sólo la llana Calle Santo Domingo, sino que es un dédalo de arterias en pendiente que suben hasta las faldas del cerro de Santa Catalina, 


como la calle Zumbajarros,



 que se arrastra entre casas de inmaculada cal hasta lo más empinado del monte, dejando 



a medida que subimos inmejorables vistas del barrio y de su iglesia.



El templo fue construido en estilo gótico,


 en él sobresale su fachada con la imagen de La Magdalena al gusto  gótico isabelino.



A su lado el Caz, espacio que sintetiza la presencia de todos los pueblos 



 que han pasado por Jaén, romanos, árabes y cristianos.



Así mismo destaca en el exterior del templo su torre, con su campanario octogonal finalizado en 1555 en cuya construcción intervino Andrés de Vandelvira.


El interior de la iglesia está formado por cuatro naves, cubiertas por bóvedas góticas



que se sustentan sobre arcos apuntados de ladrillo.



La iglesia nos recibe hoy radiante con motivo de los preparativos de Semana Santa y la Interpretación de la Misa de Réquien de W. A. Mozart, a cargo del 



"Taller de Canto Coral 
de la Universidad Popular Municipal de Jaén"
con la dirección de Miguel Ángel Ruiz.


La Misa de Réquien de Mozart fue estrenada el 2 de enero de 1793 en Viena, aunque al parecer se interpretaron extractos del Réquien en un misa en memoria de Mozart celebrada el 10 de diciembre de 1791.


Una extraordinaria interpretación dedicada al Cristo de la Clemencia, que presidía el acto, que no dudamos se volverá a repetir en años venideros dada la belleza de sus notas.



El Cristo, una portentosa talla del siglo XVI, realizada por el imaginero Salvador de Cuéllar.



Detrás del Jesús el relieve escultórico del Calvario (s.XVI), atribuido a Jerónimo Quijano o Jacobo Florentino. 


La Hermandad de la Clemencia hace su estación de penitencia la tarde del Martes Santo.



Aquí termina nuestro paseo por la Magdalena, desde aquí un saludo a nuestros amigos Loli y Luis  por su buen hacer.

 Carolina.